Ramonet hace una comparación interesante cuando compara lo que sucede hoy con la información con lo que sucedió con la comida. Antes había poca comida, ahora hay mucha, pero llena de pesticidas y sustancias químicas, y mucha gente empieza a demandar productos orgánicos no perjudiciales para la tierra y el cuerpo. Con la información pasa lo mismo, antes había poca y ahora hay mucha, pero contaminada con mentiras, ocultaciones y manipulaciones, y por eso la gente empieza a demandar información orgánica, que no engañe, manipule y dañe la mente. Pero al igual que Ramonet habla de información orgánica también se podrían sacar a colación otros términos procedentes del pensamiento ecologista. Se podría hablar de la diversidad como característica fundamental de los ecosistemas y esto nos haría reflexionar sobre la excasa diversidad de los medios de comunicación en nuestras sociedades caracterizadas por la hegemonía de pocos y gigantescos grupos mediáticos. También tendríamos que recordar que la poca diversidad en un ecosistema es un desequilibrio que lo hace más débil y poco sostenible. Y también se podría utilizar el concepto de resilencia -la capacidad de los ecosistemas para reponerse trás un trauma. Esto nos haría pensar sobre qué tipo de ecosistema democrático e informativo deberíamos construir para tener la capacidad, como sociedad, para reponernos de los golpes de esta censura invisible.
Así que ojo con la información que consumes. Siempre es interesante saber quién la produce, es decir, quiénes son los dueños de los medios de comunicación y cuáles son los intereses que persiguen. También no esta de más aprender sobre el funcionamiento de los mismos leyendo libros como estos: