El fenómeno fan es muy interesante desde muchos puntos de vista. Desde el punto de vista antropológico los fans ponen de manifiesto cómo estamos viviendo una cultura de consumo mediatizada por las nuevas divinidades de las marcas o lovemarks. Así, el fan de una marca encuentra un espacio, un objeto social como nexo de unión con otros fans, una comunidad de intereses y pasiones a la que pertenecer y desde la cual ser reconocido, una herramienta con la que construir su identidad individual y social... Por eso los fans empiezan a ser considerados un factor estratégico en la gestión de la comunicación y el marketing. Los fans son los consumidores más fieles de una marca, sus activos patrimoniales, sus comsumidores evangelistas, capaces de crear cultura alrededor de las marcas y expandir el mensaje en distintas direcciones con una pasión inusitada, lo cual es considerado por algunos como una manera de hacer marketing sin marketing. Muchas son las marcas que temen a los fans porque no pueden controlar sus comportamientos y que se sienten inseguras cuando los fans se apropian de las marcas y las convierten en parte significativa de sus vidas. Sólo hay que ver como George Lucas amenzaba con tomar acciones legales contra los fans de starwars por atreverse a hacer secuelas amateurs y ampliar los universos simbólicos de sus películas; o cómo la marca infantil barbie denunció a artistas que utilizaban sus muñecas como materia prima de sus creaciones. A este respecto es interesante este pequeño documental y estos dos libros.