En este artículo de wired se hace una curiosa analogía entre los piratas y los trabajadores freelance o autónomos. En un mundo donde cada vez más la meritocracia es una tonta historia para niños y todo se parece más bien a un sálvese quien pueda se hace necesaria otra actitud. Seguir el camino de estudiar, esforzarse, trabajar duro, ascender y progresar es un modelo que la sociedad ya no puede ofrecer. Las cifras de paro hablan por si solas y muchos de los que trabajan lo hacen en precariedad. Así que se hace inevitable crear nuevos caminos, no seguir las reglas establecidas, ser creátivo y crear uno su propio trabajo, gestionarlo, ganándo así independencia. La independencia -aunque siempre en un contexto de incertidumbre- es lo que caracteriza a los piratas y lo que nos atrae de ellos. Así que, poco a poco, nos tenemos que ir haciéndo un poco más piratas a la hora de buscarnos la vida. Porque al pirata no le queda otra. Pobre y triste intento de glamurizar al emprendedor forzoso que tiene que buscarse la vida haciendo lo que sea.