Primero. Obama consiguió ser un poco más independiente de los grupos de presión de Washington cuyas donaciones están directa o inderectamente vinculadas a las decisiones políticas. No es que haya renunciado a ellas completamente sino que ha sido capaz de obtener gran parte de su financiación directamente de pequeñas donaciones en internet. El 88% de los fondos obtenidos provienen de donaciones individuales en internet. Obama ha revolucionado el concepto de donaciones online creando una propuesta política que no está tan sujeta así a los intereses corporativos.
Segundo. Obama contaba con todo un movimiento social detrás de su candidatura. Miles de simpatizantes y activistas apoyaban su labor. En 2008 la web mybarackobama tenía unos 15 millones de miembros. Así que Obama conecta con las bases sociales y los movimientos culturales insurgentes de una manera no vista hasta la fecha. Ya no es un político creado únicamente por el marketing como cualquier producto de mercado sino un político que representa el espíritu de cambio social (yes we can) de millones de americanos capaz de transmitir esperanza y el orgullo de ser americano. Es decir, parte del éxito de Obama es asumir que las esperanzas, sueños e ideales de las personas son tan importantes en política como sus intereses individuales.Por otro lado Obama ha demostrado un gran conocimiento del funcionamiento de los movimientos sociales aportando su experiencia como director del Devoloping Communities Project registrando votantes en el sur de Chicago años atrás en el Vote Project; ha sido capaz de aplicar el modelo clásico estadounidense de organización comunitaria creado por Alinsky y aplicarlo al mundo online captando las bases de internet y conctándolas en red . Algunos de los principales organizadores de la campaña Obama son veteranos en activismo y acción social que se encargaron, entre otras cosas, de diseñar la formación de la red de voluntarios pro-Obama. Incluso se crearon campamentos para estos fines: "Camp Obama" e iniciativas como Obama Organizing Fellows (becas no remuneradas para formar a estudiantes universitarios en técnicas de movilización social. Como vemos la campaña de Obama tiene similitudes con el funcionamiento de los movimientos sociales. Está claro que parte del éxito de Obama es la victoria en la arena cultural.
Tercero. Obama ha logrado una ventaja competitiva sobre sus competidores gracias a su inteligente uso de internet y contratando a gente de la talla de C.Hughes, cofundador de Facebook, y creando espacios online como Obama for America que han sido magistralmente utilizados para difundir información, crear interacciones políticas en redes sociales,avisar a simpatizantes de actividades en la zona, proporcionar contraargumentos a los rumores negativos, suministar información a los medios de comunicación mayoritarios, alimentar debates en la blogoesfera, establecer una relación más personalizada con simpatizantes y crear una forma sencilla y barata de recaudar donativos de particulares. También es importante todo el apoyo recibido por un amplio grupo de músicos, actores, artistas y celebrities, desde George Clooney, Will Smith, Jennifer Anistosn a Nas, Jay Z, Taz Arnold o Black Eyed Peas. Lo que queda claro es que Obama ha sido capaz de reunir tendencias contraculturales que estaban en el centro de la creatividad en la industria del entretenimiento. Y no podemos olvidarnos del éxito de los videos virales como Yes We Can dirigido por el hijo de Bob Dylan, I´ve got a crush on Obama o el discurso de Obama sobre temas raciales con más de 6 millones de visualizaciones; o páginas web como Fact Check que recoplinan las falsas o engañosas afirmaciones de políticos y periodistas seguidas de una breve corrección, o como Hillary Attacks, una web que de forma satírica recogía todos los ataques de Hillary Clinton para mostrarla así como una candidata agresiva y desesperada.
Cuarto. Obama como candidato, en un principio, no tenía demasiado interés mediático ya que todo el mundo apostaba por Hillary Clinton. Pero cuando Obama ganó en Iowa todo cambió. Los medios de comunicación ya tenían una historia con gancho y se abrió la puerta a la novelización de la campaña. Se creó así una carrera de caballos mediática, Obama contra Hillary, algo así como Gomez contra Trinidad. El outsider contra el candidato del partido, el hombre negro frente a la mujer blanca, el que votó contra la guerra frente a la que apostó por ella, el candidato improbable contra la candidata que ya se relamía antes de tiempo y cuyo destronamiento creó el perfecto culebrón mediático.
