jueves, 30 de octubre de 2014

Desigualdad ad infinitum, ad nauseam, ad absurdum...

Vivimos la ficción de proclamar la igualdad como derecho, como objetivo, como promesa, y sufrimos la frustración de ver la igualdad despreciada por la práctica. Cada vez somos más desiguales. Así es cómo el capitalismo intenta salir de la crisis, produciendo desigualdad. Retornando a sus bruscas acciones de acumulación primitiva, expropiando a diestro y siniestro los derechos al trabajador y a la ciudadanía y aniquilando la naturaleza.. La evidencia es tal que un economistaque al final ha habido best-seller. Me refiero a Piketty y su libro que ha sido la manera de introducir la realidad de la desigualdad en la opinión pública. 
Cada vez hay más desigualdad, es un hecho contrastado. Es más, jamás ha habido una distancia tan amplia entre los más ricos y los más pobres, Y en una situación en la que la asimetría de la relación de poder es abismal, ya no hace falta andarse con formalismos ni vergüenzas. Así, la desigualdad se impone con su obscena estética del poder con una nueva naturalidad en la que el pobre es culpable de su propia pobreza.  Existen casos vomitivos que dejan claro este estilo, lo vemos en la impunidad con la que los banqueros de la crisis reciben indemnizaciones, en los indultos a los políticos corruptos, en los paraísos fiscales, en la supresión de la negociación colectiva, en la criminalización de la ciudadanía, en los recortes a la sanidad y la educación, y en el sometimiento de la democracia al gobierno de los mercados. Pues la desigualdad es la mayor de las corrupciones, y el capitalismo está podrido de corrupción.  Pero para vomitar con convicción es mejor  asomarse a la desigualdad global y ver el  siguiente video:
 La igualdad es un concepto central en el pensamiento socialista, donde la  igualdad es el síntoma  de la justicia social. Sin igualdad se puede decir que no hay libertad. Es este un socialismo  que se ha demonizado hasta el ridículo y ha sido sustituido por el único socialismo que vemos a nuestro alrededor, que consiste en socializar las pérdidas y privatizar los beneficios, el socialismo de salvar instituciones financieras y dejar tirados  a los ciudadanos endeudados para siempre. De esta forma, a medida que el ideal de igualdad socialista se desvaneció en el mal sueño del fin de la historia, la desigualdad se hizo carne y tenemos ahora que arrastrarla inevitablemente, como una pesada cruz, hechos casi todos unos eccehomos. Desigualdad estratosférica la del cielo prometido por el sueño americano, desigualdad que mejor verla de nuevo en un video:
El grito de la desigualdad es el que alza el 99% frente a la minoría del 1%. Aunque, realmente, habría que fijarse en el 1% de ese 1%, que es donde se acumula la riqueza de forma astronómica.

Pero el grito del 99% no  es real, no todos se sienten 99% o no todos los del 99% son iguales . Es necesario entender que el 1% no podría por si mismo gobernar al resto sin la ayuda de un 20% de la población que va a defender, con uñas y dientes, su posición de clase. Warren Buffet, uno de los más ricos del planeta deja claro la situación: "Existe la lucha de clases  pero es mi clase la que está ganando". Y es curioso cómo el término clase, después de haber desaparecido del lenguaje de la vida cotidiana, del espectro del sentido común, retorna como lo reprimido, y vuelve, poco a poco, a instaurarse como elemento cognitivo para poder analizar y comprender la realidad de nuestras vidas. Hace ya 10 años, en un informe sobre posibles escenarios futuros elaborado por el ministerio de defensa inglés, se dibujaba en el horizonte el resurgir, para 2025, de la lucha de clases.  U Beck, el sociólogo alemán, describía la situación de desigualdad creciente como una situación claramente pre-revolucionaria, pero  es una situación en la que aún no existe un sujeto revolucionario claramente constituido. A ver si para 2025 cae la breva y sale de su minoría de edad.

Pero hay más explicaciones que aportan luz a la oscura realidad de la desigualdad como fenómeno que caracteriza, mejor que nada, la idiosincrasia del sistema. En un mundo donde unos pocos viven de los beneficios que obtienen y otros de sus salarios, la desigualdad se puede explicar en relación a la tasa de rendimiento empresarial, que  crece más rápido que el incremento de salarios. Así, los ricos se hacen ricos más rápido, el dinero aumenta su velocidad para llegar más rápido a sus bolsillos. Esto se debe en parte a que las nuevas tecnologías hacen más eficientes los procesos productivos; en parte a que los salarios y condiciones laborales de la mayoría trabajadora empeoran; y en parte a que se deslocaliza la producción a países más baratos y aumentan las ganancias. Todo lo cual explica que las rentas del trabajo representen ya una cantidad menor a los beneficios de los empresarios.
Por otro lado se habla de cómo la presión fiscal sobre la renta de los ricos ha decaído en un claro ejemplo de políticas favorables a los capitales privados (tales como la existencia de paraísos fiscales, la reducción del impuesto de patrimonios o el mundo estupendo de las Sicavs). Así, hemos pasado de un mundo donde los ricos estaban sujetos a un tipo superior de impuesto sobre la renta del 94 % en 1944 en EEUU, a un mundo donde el señor Bush ya lo redujo a un módico 35%.  A esto se le añade un incremento brutal en el sueldo de los ejecutivos. De esta manera los CEOs empezaron a cobrar 400 veces más que el trabajador medio en vez de las 40 veces a las que estaban acostumbrados. Algunos, para justificar este aumento sin precedentes, argumentan que existen personas que disponen del conocimiento tecnológico más innovador, lo cual les permite ser más exitosos y estratégicamente esenciales que el resto. Existen explicaciones más crueles todavía para explicar el motivo por el cual un CEO cobra 400 veces más que el trabajador medio. La razón es bien sencilla, es 400 veces más valioso,  400 veces más trabajador, 400 veces menos vago.

Por otro lado es necesario entender el papel de los gobiernos  neoliberales  en este asunto. No solo se trata de reducir la carga fiscal de los ricos o de reformar las leyes laborales a favor del empresario o de socializar la deuda privada y hacer que el ciudadano la pague, sino de hacer todo lo posible para que la riqueza pública  y todo lo común se transfiera y se privatice, para que toda esfera de la vida que no estaba sujeta a la regulación del mercado aflore ahora como nueva oportunidad de negocio. Así, lo público y lo común empiezan a privatizarse con la excusa de hacer la gestión más eficiente. Es lo que podemos denominar como parte del proceso de acumulación por desposesión descrito por D Harvey, la versión neoliberal de la acumulación primitiva de la que hablábamos más arriba. Y es que los ricos, que han globalizado, desrregulado y financiriazado la economía, aprovechan la crisis que han ayudado a crear para lograr endeudar a los países y esclavizarlos y  seguir así con su insaciable acaparamiento, y consiguiendo que lo que se ha construido con dinero público, con los impuestos de los ciudadanos, se privatice a precios irrisorios, lo cual explica, en parte, cómo la riqueza va fluyendo de los de abajo hacia los de arriba. Eso sí, todo muy legal (aunque no tiene por qué ser legítimo), y todo muy reforzado por la ideología neoliberal que es el nuevo sentido común y la nueva racionalidad que nos gobierna, y que justifica una desigualdad en la que los desfavorecidos tienen la culpa de ser unos losers,  esos personajes  irresponsables que no han sabido gestionar sus recursos y sus vidas para aprovechar las oportunidades que un mercado justo y perfecto les brindaba.

Por último me gustaría introducir los argumentos de Daron Acemoglu a la hora de abordar la explicación de la desigualdad. Acemoglu considera que la desigualdad es la causa del fracaso económico. El argumento se desgrana de la siguiente manera. Allí donde hay desigualdad económica existe, a su vez, desigualdad política, pues el dinero es una forma de poder. Así, los que más dinero tienen tienden a ocupar las instituciones del estado y a acaparar poder político, lo cual les permite utilizarlo para crear leyes que les permitan aumentar sus riquezas y recortar el derecho a protestar  de las mayorías desfavorecidas, excluirlas,  lo cual les permite, de nuevo, adquirir aún más poder político y más dinero, y así en un "círculo vicioso" en el que las instituciones políticas se convierten en instituciones extractivas al servicio de una élite chupóctera que impide que el mecanismo del mercado  funcione, pues el mercado se convierte en un proceso en el que no existe la competencia, gobernado por la ineficiencia, dominado por oligopolios, una realidad donde el resto de ciudadanos emprendedores y empresas no tienen la oportunidad de innovar y hacer a la sociedad prosperar.  Así es cómo fracasa la economía, cuando la desigualdad política y económica impiden el correcto funcionamiento del  mecanismo regulador de los mercados. hasta un liberal puede hablar en estos términos. Así podemos entender que las economías que funcionan, las economías florecientes, son aquellas que cuentan con instituciones inclusivas, aquellas con un estado de derecho y una democracia consolidada que garantiza el pluralismo y la igualdad de oportunidades de los distintos agentes económicos,  y que  permiten, así, la creación de "círculos virtuosos" que generan desarrollo económico. Con lo cual, es la madurez y solidez del estado de derecho y de la democracia lo único que garantiza la igualdad y el éxito económico. Moraleja: LA igualdad es mas eficiente y trae mas riqueza.. Por eso, allí donde veamos gran desigualdad y fracaso económico podríamos hablar de ausencia notable de democracia. Esta hipótesis que esboza D Acemoglu nos lleva a un escenario pesimista: La desigualdad 
Cuando unos pocos acaparan el poder económico y el político  generan el fracaso de la economía:.Si aumenta la desigualdad, como es nuestro caso actualmente, el fracaso económico no puede sino ser mayor. Así que agárrense los machos.

miércoles, 15 de octubre de 2014

HIPSTERS SUCK

Victor Lenore acaba de sacar un libro sobre el fenómeno hipster que está generando polémica, sobre todo entre los propios hipsters, que no salen muy bien parados, puesto que la cultura hipster aparece definida, entre otras cosas,  como “subcultura falsa”, “individualista”, “elitista” ,“narcisista” e “infantil. Solo hay que ver los comentarios en la red para darse cuenta de cómo, todavía hoy, un libro es capaz de meter el dedo en la llaga y provocar un montón de encendidas respuestas a favor y en contra.
Aunque ya hemos hablado de los hipster aquí, vamos a retomar el tema para contextualizar y sistematizar mejor este asunto.
El espíritu rebelde, provocador  e inconformista de los hipsters ya se fue gestando en el siglo XIX, en Paris, donde una pequeña comunidad de unos 5000 bohemios (a los que podemos catalogar de hipsters originarios)  jugaban a crear la vanguardia y a romper las normas de la vida artística y cultural. El bebedor de absenta, retratado por Manet y presentado en el Salón de Paris en 1859, mostraba a un ser que abiertamente violaba los códigos y buenas formas de la burguesía del momento. A eso se dedicaron, tiempo más tarde, Dalí y Buñuel con su surrealista Perro Andaluz, a cuyo estreno, en Paris, acudieron ellos mismos con los bolsillos llenos de piedras, por si las moscas,  para defenderse de las posibles iras que sin duda generarían en un público acostumbrado a otras cosas. Recordemos también, y para recalcar  bien esta  actitud controvertida y espíritu subversivo de los primeros hipsters, que André Breton afirmaba algo así como que el acto poético por excelencia era salir a la calle con una pistola, los ojos vendados y disparar al azar. Así, poco a poco, estos actos de  rebeldía y este inconformismo se fue consolidando, y poco a poco, se fue exportando a America de la mano de artistas viajeros que pararon por Paris, como Hemingway o Henry Miller, que influenciaron a la siguiente generación de rebeldes, los hipsters de los años 40 y 50 de la generación Beat, que pusieron en jaque los valores tradicionales de la cultura americana, asustando y generando indignación en la opinión pública. Fueron estos artistas y bohemios experimentadores los  que crearon una base cultural sólida sobre la que se desarrolló, más tarde, el movimiento hippy, más masivo y con mayor visibilidad, y que pretendía instaurar el buen rollito psicodélico y sexual, lo cual acojonaba a esa puritana america tan profunda de la época.


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Al contrario que sus predecesores, los hipsters de hoy en día, no dan miedo a nadie ni aunque se lo propongan con sus pintas cuidadas y su blandito pensamiento cínico-irónico que no cuestiona nada. Los  hipsters que ahora, a la defensiva, se indignan porque se les critique en un libro son esos mismos hipsters nihilistas, hiperindividualistas y conservadores que no hacen más que predicar, con un poco más de estilo,  los valores dominantes de nuestra sociedad de consumo, por mucho que ellos se perciban a si mismos como originales y auténticos. Los hipsters son ya cosa  mainstream; ya no son un vector de rebeldía y cambio. Lo hipster de hoy no explora nuevas vías y se ha convertido más bien en un fenómeno recreativo. La rebeldía impostada del hipster es puro conformismo, constituye una dinámica estable, un conjunto de reglas predecibles. El hipsterismo de hoy es toda una institución social -como alguno diría-, una máquina de fabricar individualismo masivo. Así que el rol de los futuros hipsters será poner en marcha la maquinaria “debaser “ y poner en cuestión esa cultura dominante, desmontarla y ridiculizarla, como hace toda lógica vanguardista y todo espíritu crítico. Los hipsters del futuro ya están aquí, pero sus prácticas no son del todo visibles, están mal distribuidas, son las nuevas caras de la rebeldía, y aparecen en forma de señales débiles. Los próximos hipsters son los que de una formaradical cuestionan con sus prácticas y pensamientos la actual cultura  dominante hipster. Los hipsters que vendrán  están más al márgen, en la periferia, en las fronteras más difusas y son los que están construyendo, con sus pequeñas acciones, con distintos lenguajes y lógicas,  los cambios del futuro, aunque todavía no gocen de reconocimiento. ! El hipster ha muerto, viva el hipster ¡
Lo que me parece interesante es cómo Lenore inserta el fenómeno hipster en un contexto de despolitización general. Es como si la cultura hipster fuese el sistema inmunológico del sistema,  que lo protege de posibles ataques que lo pongan en duda. Así, la cultura hipster es una cultura donde la política queda paralizada  y donde el hipster no se cuestiona el sistema,  ya que lo político aburre y da pereza el compromiso. Al hipster se le da mejor la ironía y el cinísmo lúdico, y prefiere no tener que elegir entre opciones políticas para dedicarse, mejor, a elegir entre objetos de consumo, entre  las distintas marcas ofrecidas por la industria cultural, donde toda propuesta radical y alternativa es banalizada, neutralizada y vendida como producto cool.  Así se entiende cómo la rebeldía cool y contracultural se ha demostrado inútil a la hora de atacar el sistema y ha sido engullida y expropiada de toda  significación  política, una rebeldía que, lejos de debilitar el sistema, lo ha fortalecido.
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En un mundo de consumo simbólico el hipster construye su identidad y su estilo de vida con los signos y significados que aporta la cultura pop y la industria cultural. Y cuando dejamos de ser ciudadanos para ser consumidores, cuando nuestra personalidad se construye a través  de nuestros actos de compra, entonces el consumo se estiliza, y se hace necesaria una pericia estética y cierta creatividad a la hora de mostrar nuestra individualidad y distancia del grupo de una forma original a través de aquello que se consume. Y al hipster todo esto se le da muy bien. El  hipster, en la vida de cosumo que lleva, es todo un experto, un gourmet de la exquisitez cultural, un profesional de la distinción estética y el diseño. El hipster dedica más tiempo que el resto a descubrir y procesar los productos culturales de la música, el cine, el arte y la moda,  para, en un proceso de autoensamblaje, componer su look, una identidad cool y diferencial, que le aporte cierto estatus estilístico, lo que le convierte así en prescriptor, en consumidor influyente al que imitan los demás, en un trendsetter capaz de poner en marcha nuevas modas y acelerar el ritmo de consumo general. Así, el hipster tiene que ser entendido como figura esencial en este proceso moda de comprar, usar, tirar  y renovarlo todo de nuestro turboconsumo de cada día.
Por último, y como proptotipo de ser  neoliberal que es, el hipster se ve a sí mismo como una empresa, por lo que invierte constantemente en sí mismo para crear un look  actualizado, seductor y distintivo. El hipster es un emprendedor de su estilo de vida, amo y señor de si mismo, que experimenta y asume riesgos para estar siempre a la última. Construir la imagen cool de uno mismo  es toda una estrategia de posicionamiento social, . En una época de branding personal el hipster pretende diferenciarse utilizando el capital subcultural que acumula y que le permite crear un look diferente y original a partir de sus decisiones de compra. Como vemos, crear un look cool se ha convertido en un valor y constituye “el elemento diferenciador, la jerarquía social urbana contemporánea”. Permite valorizar a las personas en función de su estilo a la hora de consumir y componer su identidad visual. Nos deja saber quién es quién en función de  la capacidad para tomar las decisiones estéticas adecuadas, decisiones que constituyen, en si  mismas, un valor comparativo, y que permiten entender el estilo de vida hipster como un bien posicional. Por eso Lenore dice que el hipster es elitista, el trepa que quiere ser cool, y que es necesario hoy abandonar la búsqueda consumista de distinción social, dejarla atrás, acabar con esa lógica a la que juega el hipster en la que mira por encima del hombro al obrero que gana más que el pero es mas hortera. Lo hipster  representa así el estatus de aquellos que, a pesar de saber mucho de selecta cultura indie, seguirán siendo pobres. Es lo que Leonore llama “elitismo degradado” y que no es más que  el estilismo de los que no han tomado consciencia de clase y no saben que conforman el precariado, aunque sea un precariado cool. Por eso, y para terminar, podríamos pensar la cultura hipster como el resultado de un proceso de ingeniería social en la que el hipster, en vez de solidarizarse con los obreros y unirse a ellos para mejorar sus vidas en torno a unos intereses comunes, prefiere distinguirse y marcar una diferencia estética que les divide.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Tele Juguetona

Ya se lleva un tiempo hablando de la gamificación, de cómo la dinámica de los juegos está infiltrándose en todos los ámbitos de la vida, de cómo nos gusta jugar y de cómo preferimos adentrarnos en las cosas desde una perspectiva lúdica. La gamificación perfila una actitud frente a la realidad, otra  forma de experimentarla. Siempre se ha dicho que el juego es cosa de niños y que los adultos que pretenden seguir con el juego padecen de cierto síndrome de Peter Pan. Pero ahora surge otro paradigma en el que los adultos ya no se tienen que definir por la seriedad y aburrimiento de la vida gris, ni deben practicar en exceso el control y el ascetismo, ahora deben jugar,  dejarse llevar, jugar a la moda y divertirse en la espiral de experiencias multisensoriales que oferta la sociedad de turboconsumo, abrazar sin mirar atrás e estilo de vida hedonista de capitalismo experiencial, donde la diversión se convierte en el aderezo imprescindible, en el envoltorio obligatorio de nuestros actos de compra. Así, el marketing comienza a hacerse juguetón, a manejar el código lúdico, que es siempre emocional, para involucrarse más con los consumidores. Haciéndonos jugar juegan con nosotros, porque dos no juegan si uno no quiere.
Por otro lado, el juego, es algo que nos enseña a ir cambiando, y me refiero a ir cambiando de juego. Los juegos nos permiten explorar otros contextos y adaptarnos a otras reglas. Al final, el juego puede ser una experiencia de aprendizaje, y tal vez sea  esto el futuro de la educación. Así aparecen los denominados "juegos serios", juegos  utilizados como estrategia para que aprendamos a cómo adaptarnos a las nuevas circunstancias,  juegos como simuladores de realidades distintas. La vida laboral se fragmenta, la carrera profesional se hace discontinua, los conocimientos caducan más rápido, el mundo cambia veloz al son de las nuevas tecnologías y por ello es necesario reciclarse, desarrollar respuestas adaptativas para no quedarnos obsoletos. Aprender a poder desplazarse  a cualquier lugar para trabajar, a buscar nuevos amigos,  a entablar nuevas relaciones sentimentales, a cambiar de estilo de vida, son los imperativos de la vida líquida. Y esta es la selva a la que hay que adaptarse. Por eso el juego se convierte en parte central de la ideología liberal. El juego, la creatividad, el emprendimiento personal, esas son las actitudes para enfrentarse a un mundo complejo y cambiante, en el que las reglas del ayer son cosa del pasado, y donde las reglas de hoy son las de un juego bien distinto que mañana pronto cambiará.
Hoy, y tras este ejercicio de contextualización, quería hablar de cómo los videojuegos se están convirtiendo, poco a poco, en lo que puede asemejarse al futuro de la televisión. Me refiero al hecho de que cada vez más personas gustan de tragarse partidas de videojuegos, partidas ajenas como quien ve un partido de fútbol. En internet, miles de personas se conectan para ver partidas de videojuegos y los servidores colapsan. Al fin y al cabo, ¿qué diferencia hay entre ver un partido de tenis y una partida de videojuegos? La única que yo veo es que el tenis es considerado un deporte.

Twitch.tv es una plataforma en la que los internautas pueden ver  cómo otros juegan a los videojuegos y que, además, permite chattear a los usuarios unos con otros. Imagina ver un partido de fútbol y poder chattear  por videoconferencia con otras personas y comentar la jugada. Amazon se ha gastado una millonada en adquirir este proyecto como si fuera el futuro de la tele.  A ver en qué queda...
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jueves, 25 de septiembre de 2014

LOS PERROS Y LAS MALASHIERBAS

La última vez que hablamos de perros fue para referirnos  a cómo estaban siendo utilizados en algunos hospitales japoneses para detectar, gracias a su agudo olfato, cánceres de colon. Hoy dedicamos este post a unos perros entrenados para detectar malas hierbas en los cultivos o en los jardines, esas malas hierbas invasoras que acaban con las plantas autóctonas en algunos lugares. Es el caso de la "isatis tinctoria", de la que se extrae el índigo,  y que en lugares como Montana, ha sido catalogada como planta invasora, por lo que pretenden erradicarlas. Estos perros de los que hablo están entrenados para localizar estas malas hierbas. Así rastrean y rastrean hasta localizarlas, entonces se paran y un dispositivos GPS  marca la posición para que alguien venga y acabe con ellas.

OUTLAW INSTAGRAMMERS

Aquí ya hemos hablado de los urban explorers, a los que les gusta pasear por las ciudades por aquellos lugares que no están pensados para el paseo y cuyo acceso suele estar restingido.Ahora han surgido los denominados outlaw instagrammers, skywalkers o roofers que se dedican a subirse a todo tipo de elevadas construcciones para tomar selfies de vértigo. Y gracias a los smartphones y a las redes sociales las imágenes se difunden rápido, dándole ideas a muchos otros dispuestos a buscar experiencias por las alturas.
 
 
 
 
 

AGRIHOOD

¿Qué es un agrihood? Una contracción de las palabras inglesas para agricultura y vecindario (agricultura+neibourghood), y describe un barrio en torno a una granja.  Con lo cual tenemos un barrio más sostenible, donde la gente, colegios, instituciones sociales y comercios se nutren de  frutas y verduras y otros productos granjeados  a nivel local. También estas granjas generan un sentimiento comunitario más intenso, pues sirven como centro donde la gente se conoce e interactúa, son un  nodo social para la colaboración e intercambio entre vecinos en pro del vecindario. Bastante idílico. Tanto es así que una vez que el sueño de los huertos urbanos se hicieron realidad  toca despertarse un poco, pues los promotores inmobiliarios están viendo en este tipo de vecindarios un nuevo filón para el desarrollo urbanístico, y tal vez podríamos estar contemplando la nueva cara que van a adoptar los procesos gentrificadores.
 
 
 
 
 

SOLAR COIN: SOLAR POWER TO THE PEOPLE

Ya habíamos hablado hace tiempo de algunas monedas alternativas como el bitcoin o el brixton pound,  y de cómo es que cuando las economías colapsan aparecen todo tipo de iniciativas en esta dirección. Bien, ahora que los ecosistemas colapsan, aparece una nueva moneda disputándose su nicho, la solar coin, digital y descentralizada como el bit coin, no tan compleja en cuanto a su programación, y con un valor asociado a unidades de medida fotovoltaicas, en este caso, cada solar coin sería equivalente -podría ser cambiada- por 1MW/h de energía solar. Y según la Solar Coin Fundation, cada unidad  de Solar Coin equivaldría a 1500 libras (de las de pesar) de emisiones de CO2  ahorradas, es decir, no puestas en la atmósfera. Se trata de una iniciativa que pretende que aquellos que quieran invertir en energía solar tengan un incentivo económico. Ahora están debatiendo la siguiente propuesta innovadora, a saber: si el código postal de la persona que ha generado electricidad solar pudiese ser encriptado en cada solar coin, entonces se podría limitar su uso a 20 millas a la redonda, lo cual supondría entender el solar coin como un subsidio a la generación de energía eléctrica solar. Habrá que darle un tiempo a ver cómo evoluciona y ver si surgen proyectos similares en el mundo de las renovables como eólicos coins, biomásicos coins o geotérmicos coins. También habrá que ver si el solar coin se dispara de forma astronómica en su cotización, como hiciera anteriormente el bitcoin. Por último me gustaría añadir que algunos economistas ecológicos consideran que la moneda debería representar una cantidad de energía, pues es la energía y no el oro, lo que mueve el mundo.
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jueves, 18 de septiembre de 2014

CULTURA CREATIVA

La creatividad se ha convertido en una pieza esencial de nuestras vidas, en uno de los valores centrales de la ideología actual. Tan solo con mirar la oferta editorial de libros sobre cómo ser creativos nos hacemos una idea de su popularidad hoy en día. En este post de hoy se trata de intentar contextualizar el papel que juega la creatividad en nuestras sociedades modernas, una creatividad, a mi gusto, mal entendida, y que dice poco de sí misma si uno la tiene que aprender en un libro, como el que sigue una serie de reglas y pautas, alejándose de la intuición y la búsqueda a ciegas que caracteriza a la verdadera creatividad. Es decir, en este post intentamos analizar el énfasis que pone nuestra cultura en la creatividad más que hablar de la creatividad en si misma.


Explicar el auge de la creatividad y su papel central en la cultura es una tarea compleja y debe hacerse desde distintos puntos de vista. En primer lugar, y desde lo macro, tenemos que entender que la creatividad es la clave para entender una economía como la nuestra, basada en la innovación. Recordemos la “eterna tempestad de destrucción creativa” a la que se refería  Schumpeter para describir el flujo de innovación constante al que están sometidas las economías capitalistas. Y un sistema como este necesita de una ideología, de unos valores que promuevan la innovación, y estos son los valores de la creatividad, la experimentación, el inconformismo, el individualismo y la autoexpresión. Y es así como surge lo que los sociólogos denominan la “clase creativa", una clase de profesionales alejada de los valores tradicionales y paternalistas de una vieja burguesía que se muestra inoperante e incapaz ante los nuevos tiempos que corren. En suma, el sistema necesita de individuos creativos para seguir funcionando, trabajadores, líderes creativos y emprendedores capaces de revolucionarlo todo para crear nuevos paradigmas productivos que aporten más y más valor. Podemos así entender cómo la creatividad aparece como el elemento central en una sociedad del conocimiento y la innovación, la creatividad como la mercancía más valiosa. 

 

En segundo lugar, y desde una perspectiva más micro, es necesario analizar la importancia que tiene la creatividad para los individuos en su vidas. Cuatro son las ópticas desde las que abordar este propósito: la incertidumbre de la vida, la precariedad del  trabajo, la construcción de la identidad y el crecimiento personal.
La sociedad actual es una sociedad del riesgo, de la incertidumbre, una sociedad líquida donde cada uno tiene que hacerse cargo de si mismo en un contexto cultural donde ya no hay grandes relatos, grandes verdades a las que agarrarse y con las que interpretar el mundo. La vida se hace así cada vez más compleja, más precaria en todos los sentidos, y los individuos apenas cuentan con estrategias para planificar sus vidas, de ahí, en parte, la ansiedad como epidemia. Así, es normal el auge del coaching, que surge en este tipo de contextos de inseguridad ontológica y  crisis donde la gente anda desorientada y sin saber exactamente a qué atenerse y cómo afrontar sus vidas. ¿Y qué tiene todo esto que ver con la creatividad?  La creatividad puede ser entendida como una forma de adaptación. Y lejos de ser algo irracional, podemos comprenderla como una conducta racional a la hora de enfrentarnos a escenarios inciertos. La creatividad utiliza el método de prueba y error, explora sin saber exactamente cual va a ser el resultado y no desespera por ello. Tal vez las reglas de la creatividad sean entonces las más adecuadas para afrontar escenarios inciertos.




Desde la perspectiva del trabajo, la sociedad neoliberal,  que es la del precariado y del gran paro estructural, hace de cada persona un empresario -o lo que hoy llaman emprendedor- ese ser obligado a buscarse la vida ante un panorama  laboral desolador. Y este emprendedor tiene que poner en marcha una serie de estrategias para seducir con su producto que es él mismo. Y tiene que competir con el resto y tiene que marcar la diferencia. Aquí es donde entra en juego la creatividad como herramienta fundamental para afrontar estos lances. Así, si las cosas salen mal y el individuo fracasa en su reto laboral, siempre se podrá decir que es que no fue lo suficientemente creativo, que es lo mismo que decir que no se esforzó lo suficiente y que ,al fin y al cabo, tiene la culpa de su situación y es responsable de su fracaso.Este argumento, que culpabiliza al individuo, esconde la terrible realidad de que se hace responsable a individuos a nivel local de problemas colectivos y globales.
Desde el punto de vista de la construcción de nuestras identidades, la creatividad es fundamental. Hoy, como consumidores, creamos nuestras identidades visuales -nuestros looks- a partir de la materia prima ofrecida por la moda y la cultura pop. Identidades que pretenden seducir a los demás, identidades estratégicas construidas como relatos personales en un mundo donde el individuo reivindica su derecho a ser el autor de si mismo, mundo donde todos queremos ser  originales y auténticos. Y necesitamos ser cool en este proceso de creación de nuestras identidades, necesitamos ser creativos a la hora de construir nuestro look y definir nuestro estilo de vida, pues lo cool se ha convertido en el elemento diferenciador, en el nuevo estatus, en el código que determina la jerarquía social urbana contemporánea. Lo cool es el prestigio asociado a la habilidad de construir una identidad visual novedosa, avanzada, diferente, original, creativa... Así que podemos entender lo cool como proceso a través del cual la creatividad se pone al servicio de la de valorización de uno mismo, del branding personal.
 

El crecimiento personal es un concepto muy New Age y muy de moda,  que promueve la transformación personal y el camino del autoconocimiento a través de distintas técnicas como la meditación, la psicoterapia, el contacto con la naturaleza, los vínculos comunitarios o la vía psicodélica. La creatividad puede ser entendida muy bien desde esta óptica, como camino  de autodescubrimieno y satisfacción personal,  o como experiencia espiritual. Muchos han visto, a lo largo de la historia,  cómo el arte puede ser un remedio contra una vida claustrofóbica de tedio y alienación laboral. Es lo que proponía William Morris, el arte la artesanía, la belleza como forma de resistencia y como actividad espiritual. Otros, como Wordsworth, proponían entender la imaginación creativa como una “luz auxiliar” capaz de permitirnos ver las cosas con otros ojos. Es esta una creatividad que no tiene que ver con producir cosas, sino con la capacidad de experimentar la vida de una forma más creativa y significativa. Y aunque este tipo de creatividad no vaya asociada directamente a la producción de objetos artísticos, sí que podemos ver los resultados en las vidas tan distintas, creativas y originales que muchos optan por vivir estos días…Como este tipo que vive en una cueva o este otro que decide vivir sin impacto o este que pretende vivir sin sus posesiones. 

lunes, 8 de septiembre de 2014

Street Art Review

Aquí va una selección de algunos de los últimos estilos de arte callejero que se dejan ver paseando por las calles.
String Graffitti:
Shadow Street art de la mano de Issac Cordal
Isaac Cordal sculpture6

Posters de gente real que aparece en google street view colocados en el mismo lugar, proyecto realizado por Paolo Cirio:
Paolo Cirio street art9
 Pintura en el suelo, mucha pintura, a ver que sale art:

El mundo graffitero de papel de Mademosiselle  Maurice:

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"Hansky, the puntastic street fartist", o el grafitero pedorro graciosete que parodia a Bansky:

Glitch style graffitti (glitch es un término procedente de la informática utilizado para denominar ciertos errores generados por archivos dañados o mal codificados que producen imágenes imprevistas pero estéticamente interesantes). Así lo interpreta Krzysztof Syruc
Krzysztof Syruc Street art6
Krzysztof Syruc Street art5 
Papel de pared  serigrafiado a la manera de Dominique Petrin:
Dominique Petrin installation4
El trabajo artístico de Ian Strange:

Y el mundo de un arte callejero que sabe poner ojitos:

domingo, 7 de septiembre de 2014

MUNDO SETA


El movimiento micológico radical es uno de los movimientos que más interés me ha suscitado en los últimos tiempos. Resulta que, al igual que las setas y los hongos, han surgido, en silencio, en la sombra, un montón de iniciativas relacionadas con el mundo seta. El post de hoy va dedicado a una de ellas. 
Peter McCoy y Maya Elson son los fundadores del proyecto de "micología radical" que empezó hace ya un tiempo, allá por el 2006, y que gira en torno a la relación entre la micología, el cuidado  del medio ambiente y la organización y la justicia social. Se trata  de una organización  que pretende expandir la cultura micológica y divulgar las propiedades medicinales de las setas así como la capacidad de las mismas de restaurar el medioambiente contaminado. Las setas son capaces de funcionar como filtros naturales, también pueden ser utilizadas para luchar contra la desertificación y mejorar o mantener la calidad del suelo. Al fin y al cabo las setas y los hongos son los responsables de un 90% de todo los procesos de descomposición en el planeta, son los que permiten la creación de un  suelo rico en nutrientes. De alguna forma, las setas y hongos son todo un complejo sistema digestivo cuyas enzimas son capaces  de degradar, no solo materia orgánica, sino también un montón de productos tóxicos industriales. Por otro lado, la micología  nos permite reflexionar sobre el concepto de  organización social simplemente analizando  la estructura micélica de los hongos que  permite a los nutrientes circular, ser redistribuidos entre las plantas del bosque, ayudando a mantener los ecosistemas en equilibrio. La micología nos habla de cómo las relaciones simbióticas son fundamentales para entender el funcionamiento de los ecosistemas, y se convierte en la metáfora perfecta para que los humanos reflexionemos y aprendamos de cómo la cooperación -y no tanto la competició- es el camino para mejorar y hacer sostenibles nuestros sistemas sociales.
En suma, la micología radical aparece como iniciativa con una gran potencialidad como punto nodal a partir del cual promover el cambio social. Así, la micología radical pretende ser un lugar de encuentro donde fusionar sinergias procedentes de distintas ópticas. De esta manera encontramos gente  interesada en las setas y los hongos como una fuente de alimento, o gente que ve las setas y hongos como medicinas para mejorar el sistema inmunológico o  luchar contra el cáncer, o gente que utilizan las setas y hongos como organismos para desintoxicar el agua y la tierra, como bio-remedios, o  gente permacultora que utiliza las setas y hongos como elementos para hacer más fértil el suelo y reducir el uso de fertilizantes artificiales, o gente que piensa las setas y hongos como metáfora de cooperación y equilibrio social, o gente artista que utiliza las setas y hongos como elementos para el "mushroom guerrilla art", o gente que entiende las setas como la mejor de las psicodelias asociadas al conocimiento vernáculo y espiritual, o  gente que investigan las setas y hongos como tintes textiles, o  gente que utiliza las setas y hongos como indicadores de la calidad del aire, o gente del rollito culinario que se deleita con el uso de hongos como fermentadores de comidas como el miso de la sopa japonesa o el queso de roquefort, o gente que ve en las setas y hongos herramientas para el  biohacking. En suma, setas y hongos para estilos de vida fungigeeks o fungifreaks, para muchos distintos tipos de gente.Viva la gente!



jueves, 7 de agosto de 2014

Esotouric

Esotouric ofrece  poco corrientes rutas turísticas en autobús por la ciudad de Los Angeles. Así, los turistas pueden adentrarse en barriadas poco recomendadas en las guías turísticas al uso pero con un buen storytelling. Los tours giran en torno a temas provocadores y complejos donde el crimen y la historia social se mezclan con el rock and roll, la arquitectura, la literatura, el cine, el arte y los estudios urbanos. El autobús va equipado para proyectar diapositivas vintage y además hace paradas singulares: se para, por ejemplo, a comer donuts en el parking al lado de la licorería que Bukowski solía visitar, o se para a tomar un tipo de helado inspirado en la obra de Raymond Chandler, y así. Todo de la mano de divertidos e inteligentes guías que ofrecen así una inmersión urbana bien distinta para residentes o turistas que buscan sensaciones diferentes.

PADRES SUPERPADRES

Los estilos de vida familiares tienden a adaptarse a las nuevas condiciones  sociales y culturales. En los años 50 Talcott Parsons acuño el término "familia aislada" para referirse a cómo las nuevas familias, entendidas como unidades productivas y funcionales al sistema económico, tendían a desligarse de la tradicional familia extensa. Así surgieron familias con mayor movilidad geográfica, capaces de desplazarse allí donde estuviera el trabajo, familias que delegaban labores tradicionales de asistencia, cuidado, educación, vigilancia, moralidad  o empleo en otras instituciones sociales más amplias como hospitales, escuelas, policía, fábricas e iglesias. Lo interesante del argumento de Parsons es que relacionaba la forma que adoptaba la unidad familiar con los requerimientos del sistema económico. Así vimos también cómo la mujeres se fueron integrando poco a poco a la vida laboral y las transformaciones que esto generó en el seno de la vida familiar. 
Hoy en día el sistema económico ha evolucionado en distintas direcciones y así lo ha hecho la familia. El mundo laboral es cada vez más precario y la vida cultural está marcada por una tendencia al hiperconsumo. Estos dos factores determinan, en parte, el comportamiento familiar. Así, hoy vemos cómo las personas conforman familias más reducidas y cada vez lo hacen más tarde. Y así surgen fenómenos como el de la madre tardía o como el del niño dictador, niño único y mimado, centro de la atención de padres y abuelos. En este contexto surgen los "hiperpadres", también conocidos como "padres helicóptero", porque están siempre encima, vigilando, obsesionados con el éxito de sus hijos y su preparación académica para afrontar un mundo cada vez más competitivo, o esas otras "madres orgánicas", siempre preocupadas por la saludable dieta de sus hijos en un mundo lleno de tentaciones culinarias industriales. En este mapa de tendencias se observan de una forma muy visual y divertida muchos de los cambios que afectan a la vida en familia hoy (merece la pena pinchar en el link y descargarlo para poder ampliarlo y observarlo con detenimiento) También aparecen conceptos tan interesantes como el del  "niño consumidor" o el del  "niño celebrity" o, peor aún, el del "niño accesorio", el niño entendido como símbolo de estatus, un "niño de élite" o el "niño proyecto" de unos padres que lo han concebido como tal.
Pero de lo que quiero hablar aquí hoy es de los "superpadres", esos nuevos padres que dedican más tiempo al cuidado de los niños que sus propias madres. Esos padres que empiezan a dejarse notar en los parques con columpios. Padres que encuentran felicidad y satisfacción al descubrir un nuevo rol del cual la cultura les tenía alejados. Padres cuya pareja suele ser una mujer "alpha", es decir, una mujer que gana más dinero que ellos. Padres que, tal vez si o tal vez no, serán capaces de encontrar un equilibrio entre el rol parental y su vida profesional. Padres que van a dejar una impronta en aquellos a los que educan, pues los padres no educan igual que las madres. Los padres son distintos aunque haya que generalizar. No les gusta hacer el ridículo ni pedir direcciones. Son más de Marte que de Venus. Tampoco les gusta mostrar debilidades o no parecer unos expertos, ni vagar por el centro comercial. No les gusta el exceso de ornamento. No entienden el lenguaje de los bebés, no toleran un exceso de información ni son capaces de hacer muchas cosas a la vez. Sin embargo les encantan los datos, el análisis, los resultados y leer manuales de cualquier cosa compleja. Son padres a los que les va la acción, la movilidad y los gadgets tecnológicos. Padres a los que les gusta sentirse cool, fardar y ser tratados  con respeto. Padres a los que les gusta estar en control, las herramientas y sentirse independientes. Por eso hoy quiero recomendar este blog de un padre joven que le dedica mucho tiempo a sus hijos y que comparte trucos y consejos con el resto de superpadres.
 
Pulled up fish

jueves, 31 de julio de 2014

ZEEGA

Zeega es un divertido lugar dedicado al corta y pega, al remix, a la cultura mashable. De una forma muy sencilla te permite realizar tus pequeñas creaciones a partir del contenido visual y sonoro disponible en plataformas como flickr, tumblr, soundcloud o giphy, y compartirlas en la red. Toda una herramienta para los mememaniáticos.

CITAS MÁS QUE A CIEGAS

Según las encuestas el amor es lo más importante en nuestras vidas aunque últimamente no tengamos mucho tiempo para dedicárselo o no hayamos vuelto demasiado exigentes. Gracias a las nuevas tecnologías encontrar pareja es más fácil hoy. De hecho, uno de los grandes negocios es el de unir personas, el negocio celestino. La cosa es que normalmente uno no puede fiarse de las fotos que la gente adjunta en su perfil. O peor, la gente juzga directamente a los demás por la foto, sin dedicarle demasiado tiempo al resto de información sobre la persona. Para intentar mitigar esta propensión a juzgar a partir de la imagen aparece esta simpática propuesta de citas aceleradas pero con un twist, que no es más que una bolsa en la cabeza. De lo que se trata es de obligar a los participantes a averiguar aspectos de la personalidad de su posible pareja, pues al final la personalidad es lo que importa en una relación, que no es más que un proceso de compatibilidad psicológica a largo plazo.
 

THE COMPOSITES

The composites es un proyecto gráfico divertido que gira en torno a las técnicas y procedimientos en la elaboración de retratos robots. De lo que se trata es de representar las caras de personajes literarios famosos en función de las propias descripciones contenidas en los libros. Así se obtienen retratos sugerentes de personajes como Sherlock Holmes, Mr. Ripley o las caras de doctor Jekyll o el señor  Hyde.
Sherlock Holmes, A Study in Scarlet, Sir Arthur Conan Doyle
His very person and appearance were such as to strike the attention of the most casual observer. In height he was rather over six feet, and so excessively lean that he seemed to be considerably taller. His eyes were sharp and piercing, save during those intervals of torpor to which I have alluded; and his thin, hawk-like nose gave his whole expression an air of alertness and decision. His chin, too, had the prominence and squareness which mark the man of determination.
Patricia Highsmith was born on January 19th, 1921. Above is a repost of the composite for Tom Ripley, from her novel The Talented Mr. Ripley.
[Ripley] combed his light-brown hair neatly in front of the mirror, and set off for Radio City. He had always thought he had the world’s dullest face, a thoroughly forgettable face with a look of docility that he could not understand, and a look also of vague fright that he had never been able to erase. A real conformist’s face, he thought…Really it was only his darker hair that was very different from Dickie.
Otherwise, his nose—or at least its general form—his narrow jaw, his eyebrows if he held them right.  He wasn’t really worried. Tom had at first amused himself with an eyebrow pencil—Dickie’s eyebrows were longer and turned up a little at the outer edges—and with a touch of putty at the end of his nose to make it longer and more pointed, but he abandoned these as too likely to be noticed. The main thing about impersonation, Tom thought, was to maintain the mood and temperament of the person one was impersonating, and to assume the facial expressions that went with them. The rest fell into place…He might play up Tom a little more, he thought.
He could stoop a little more, he could be shyer than ever, he could even wear horn-rimmed glasses and hold his mouth in an even sadder, droopier manner to contrast with Dickie’s tenseness. 
 

lunes, 28 de julio de 2014

PODEMOS COOL

Cuando Obama ganó las elecciones dedicamos en este blog un espacio a analizar cómo se gestó aquella victoria en un post titulado Obama Cool. Ya sabemos todos del éxito sin precedentes de Podemos. Hoy me gustaría analizarlo desde el punto de vista del coolhunting, esa disciplina a la que se dedican los cazatendencias y que gira en torno a la innovación y a los cambios culturales, y que, tal vez, pueda aportar algo más de luz sobre la comprensión de esta sorpresa electoral.
Empezaremos a partir de algunas de las distintas definiciones de lo "cool" aplicadas tanto a Podemos como a su cabeza más visible, Pablo Iglesias.
Existe una definición del concepto "cool" que lo identifica con una actitud de desafío frente a la autoridad, actitud, que, por otro lado, es fría, relajada. Sin duda, la figura de Pablo Iglesias se ajusta a este criterio, un ser político-mediático capaz de llevar la contraria a todos los dinosaurios pro-sistema de la cultura dominante y ponerlos, con audacia, en serios problemas dialécticos, de una forma educada y sin perder los papeles en ningún momento. Un Pablo Iglesias comprometido con sus valores y con lo que hace, en plena cruzada inconformista y navegando a contracorriente, disputando seriamente el discurso hegemónico y tratando de tú a tú al poder. Un Pablo  Iglesias que así se hace "cool".
Alex Wipperfürth, en su libro "Brand Hijack" argumenta que las marcas, organizaciones o personas  "cool"  son visionarias, más observadores e intuitivas que el resto, capaces de ver más allá donde la mayoría no alcanza. Gramsci consideraba que el talento de un político había que medirlo en la capacidad que tiene para predecir. Podemos, como partido político, fue capaz de augurar la posibilidad de convertirse en un partido relevante aún cuando nadie daba un duro por ellos. Y, siguiendo con los argumentos de Wippefürth, son "cool" las marcas, organizaciones o personas  que no tienen reparos a la hora de romper las normas y los conceptos establecidos y que aportan una visión y una óptica distinta que les permiten liderar procesos de innovación. Así son "cool" aquellos que hacen que veamos con otros ojos las cosas o aquellos capaces de romper tabúes y de redefinir categorías. Obviamente Podemos puede ser descrito en estos términos. Así, por poner algún ejemplo, Podemos, por un lado, rompe con la venerada e intocable cultura de la transición, cosa que hasta hace nada era tabú, y por otro lado, nos permite ver a los políticos desde una nueva categoría, la de "casta", que ya ha sido interiorizada por el sentido común general. Podemos también redefine categorías cuando redefine el término populismo permitiéndonos contemplarlo con otros ojos, con los ojos de aquel que entiende el populismo como lo que pasa cuando el pueblo vota, el populismo como  proceso que genera pasiones, proceso de confrontación  de las mayorías contra las minorías y sus secuaces, así, populista era Gandi  en su reivindicación nacionalista contra los invasores ingleses, o populista es  el socialismo que enfrenta a obreros contra sus explotadores.
Pero si cogemos, esta vez, la definición  más elaborada que Peter Gloor desarrolla en su libro Coolfarming, entendemos que las cosas son "cool" cuando:
a) son nuevas y frescas, y aportan un extra de diseño e innovación
b) cuando te permiten formar parte de una comunidad y favorecen el contacto entre  personas que comparten cosas y el sentimiento de que se está participando de algo nuevo y relevante
c) cuando son divertidas y permiten la experimentación
d) cuando aportan sentido a nuestras vidas y hacen a las personas sentirse bien y felices, aquello que hace mejor el mundo.
De alguna manera, Podemos, como partido político, se ajusta bastante bien a estos cuatro criterios  genéricos.
En primer lugar, como partido político, Podemos es realmente algo nuevo y refrescante para el casposo ecosistema político al que nos tenían acostumbrados. Su diseño es innovador en cuanto que han realizado primarias abiertas y han utilizado procesos asamblearios para la creación de su programa electoral. También es innovador el hecho de que sus fuentes de financiación no provengan de entidades bancarias o sobres procedentes de las manos de oscuros empresarios, tan innovador como el impactante sueldo menguante de sus europarlamentatrios.
En segundo lugar, Podemos, con su sistema asambleario –los círculos- ha permitido a muchos formar parte de algo nuevo y relevante, participar en un ilusionante proceso de renovación política.
En tercer lugar, Podemos es divertido y experimental. Divertido porque pocas cosas son más divertidas, por lo menos para la gente de izquierdas, que ver a Pablo Iglesias dando, día tras día, un repaso, teóricamente bien fundado, a  personajes  del calibre de Jiménez Los Santos, Marhuenda o Esperanza Aguirre. Y experimental porque realmente están intentando un montón de cosas nuevas, desde la utilización de nuevas tecnologías para la toma de decisiones participativa, a la apropiación y disputa de términos tradicionalmente de derechas, como el de patriotismo (en plan pagar impuestos y no evadirlos es de patriotas). Este experimentalismo a mi me recuerda, desde otro punto de vista, a ese célebre mantra zapatista de “preguntando caminamos”. Podemos surge de un descontento general, de la percepción de muchas personas de que el sistema no funciona. Ahora bien, una cosa es la percepción de que nada funciona y otra bien distinta es tener respuestas y soluciones para todo. En este caso, lo que sabemos es que no hay  una alternativa bien formulada y que sólo nos queda interrogar a la realidad. Podemos representa la capacidad que tenemos de interrogar a la realidad e intentar dar respuesta, de buscar soluciones a los problemas que tenemos. Alex Wippefürth pensaba que las organizaciones "cool" son aquellas que  se atreven a ser imperfectas y aceptan sus propias limitaciones.
Por último, y en cuarto lugar, Podemos es "cool"  porque ha hecho sentirse muy bien a muchas personas que ven, en esta nueva iniciativa política, una esperanzadora posibilidad de cambio y una excusa para poder seguir creyendo en una democracia en la cual cada vez más gente se queda fuera de una vida digna. En el discurso que Pablo Iglesias dio el día de las elecciones Europeas, una vez conocidos los resultados, lo interesante no eran tanto sus palabras, que lo eran, sino las  lágrimas de los muchos allí presentes.
Por otro lado, y siguiendo con los postulados del coolhunting para analizar el ascenso de esta nueva fuerza política, Peter Gloor define el coolhunting como la disciplina encargada de encontrar tendencias innovadoras que surgen siempre en el seno de COINS (Colaborative Innovation Networks). Nos encontramos ante una visón del coolhunting que entiende que las tendencias "cool" son creadas por grupos de personas reducidos que, organizadas de una forma bastante horizontal y motivadas intrínsecamente, son las responsables de la creación de la innovación. Lo de intrínsecamente motivadas se refiere a que estas personas no están motivadas tanto por el dinero como por la pasión por desarrollar algo en lo que verdaderamente creen. Para Gloor, el objeto de estudio del coolhunting son estos grupos y sus dinámicas. De esta manera entiende que las tendencias "cool" y la innovación solo pueden ser creadas por la creatividad cooperadora de las COINs, donde las personas se coordinan, colaboran y comparten conocimiento colectivamente para sacar adelante los proyectos y las ideas en las que creen y participan. Una COIN es, así, un espacio de interacción grupal donde se crean cosas nuevas, donde, de la inteligencia colectiva, surge la innovación, lo cool, que tal vez pueda convertirse en una nueva tendencia. Una COIN,  eso es realmente Podemos. Podemos Cool.
 
 
Pero no todo lo nuevo se hace "cool", por eso se hace necesaria, en este espacio, una reflexión sobre lo innovador y su proceso de difusión y aceptación.
    En primer lugar, lo nuevo necesita suponer una ventaja comparativa con respecto a lo anterior; también ser compatible con las ideas vigentes de la gente que lo adopta; y tener cierto grado de visibilidad. Podemos, en este caso, acarrea ciertas ventajas. Su propuesta es de izquierdas, sus integrantes no provienen de la política profesionalizada, y ninguno está estigmatizado por casos previos de corrupción. Esto les permite diferenciarse notablemente del últimamente conservador PSOE. La diferencia esencial con IU es que Podemos es capaz de atraer votos de centro. En cuanto a la compatibilidad con las ideas vigentes de la gente sólo hay que pensar en que, realmente, Podemos no hace más que concretar políticamente muchas de las ideas procedentes del 15M. Y el tema de la visibilidad es tal vez el más interesante. Pablo Iglesias está recibiendo gran cobertura mediática con su discurso antisistema simplemente porque genera audiencia (aunque existen ciertas teorías conspirativas al respecto y ahora no es el tema).
    En segundo lugar, lo nuevo, necesita ser aceptado por una “masa crítica”, una cantidad suficiente de personas que ya hayan aceptado la innovación  y que sean capaces de influir más y más sobre los que todavía no lo han hecho. Eso ha sucedido ya, y más de un millón de votos en las elecciones europeas lo atestiguan. Una vez superado este umbral donde lo que es minoritario empieza a contagiarse es cuando los poderes fácticos se asustan, y comienzan los virulentos ataques  de los “political hitmen” para acabar con la reputación del partido y sus integrantes. Ya lo hemos visto. Que si Venezuela, que si Eta, que si Irán, que si izquierdistas radicales populistas y patatín patatán.
    En tercer lugar, lo nuevo puede satisfacer una necesidad insatisfecha o empoderar a la gente. En este caso, Podemos surge como el instrumento político al servicio de las mayorías sociales, de esas mayorías frente a la casta y los poderes financieros, como instrumento político para la regeneración de la democracia y la lucha por la igualdad. Si algo necesitaba la gente era tomar conciencia de la importancia de involucrarse en política, porque, como dice Pablo Iglesias, si tú no haces política, otros la hacen por ti.Y no hay mayor empoderamiento que esta toma de conciencia. 
    En cuarto lugar, lo nuevo tiene que significar algo relevante para esas personas que lo adoptan. Josh Levine define lo cool como aquello que hace avanzar la cultura. Podemos, de alguna manera, esta haciendo avanzar la cultura democrática. Su entrada en escena ha sido un revulsivo, por ejemplo, para el PSOE, que ahora habla de listas abiertas, de prohibir las puertas giratorias, de hacer pública la lista de bienes de sus integrantes y de salir de su letargo neoliberal y austericida. En IU, por fin, han dado alas al hasta ahora bastante maniatado y joven Alberto Garzón. Josh Levine, como hemos dicho, define lo cool como una especie de progreso cultural. Participar en este avance es toda una experiencia en si misma, y la persona que lo hace se siente propietario y protagonista de esa evolución cultural, acuérdate del "yes we can". Esto nos permite entender el proceso a través del cual la novedad se dota de sentido, y a lo "cool", en este caso el partido político Podemos, como organización capaz de acarrear significación cultural.