Este libro de Tim Jackson nos propone una visión honesta y clara. El crecimiento económico del que disfruta nuestra prosperidad está obligatoriamente relacionado con el "ecocidio", esto es, la destrucción sistemática de la naturaleza, el exterminio masivo de especies, la contaminación del aire que respiramos y el agua que bebemos. Nuestros cuerpos están contaminados hasta el punto de que uno de los eslóganes favoritos de los ecologistas es: " Si la leche materna se pudiera comercializar estaría prohibida por la gran concentración de elementos tóxicos que contiene" De esta manera es obligatorio -no queda otra opción- repensar el mundo como un mundo de recursos finitos en el que no podemos seguir viviendo ignorando la realidad. Tim Jackson propone repensar todos nuestros conceptos, reconocer las propias mentiras en las que se basa el sistema y las propias mentiras que hemos creado para no reconocer esto. Es una tarea ardua, buscar formas en las que la prosperidad no aniquile el medioambiente, las culturas locales y el futuro de las próximas generaciones. Hay que tener en cuenta que sus detractores lo tachan de pesimista tecnológico, todo hay que decirlo.