Todos son un poco antisistema, pero han sido educados en el sistema y, cada uno, desde un campo de acción cultural específico, ha emprendido una dirección poco común. Son aquellos que desafían lo establecido desde el conocimiento criticándolo, mejorándolo, dándole nuevos usos, creando nuevos conceptos y acciones que exploran y amplían hasta el límite las posibilidades de la normalidad. De alguna manera ponen de manifiesto que la realidad es elástica y que está abierta a interpretaciones e incursiones varias. Y gracias a estos exploradores de nuevos terrenos sociales y culturales la sociedad encuentra sus caminos.
Ya han acuñado la palabra hack-tivista, y la palabra arti-vista. Estos persoanjes son todos un poco hackers, un poco artistas y un poco activistas, y comparten cierta intolerancia con la realidad y reaccionan ante ella creando otras realidades, ampliando la mirada, profundizando la técnica de esquivar las normas y los límites establecidos. Hackers porque exploran su realidad, la comprenden y buscan nuevos caminos y abren campos de acción llenos de posibilidades capaces de abrir ojos y mentalidade. Artistas porque todos sus procedimientos tienen su estética que no es más que la forma visual que adopta un comportamiento en el tiempo; activistas porque de alguna manera son nuestros héroes y están dispuestos a asumir las consecuencias de sus actos y eso es de lo que se nutre el espíritu. Recordemos cuando Buñuel -artivista donde los haya-fue a su propio estreno de El perro andaluz en Paris, llevaba piedras en los bolsillos para defenderse por si le fostiaban...