martes, 16 de febrero de 2010

50 cosas peligrosas que deberías dejar hacer a tu hijo...


El título del libro pone de manifiesto una realidad que ya no puede pasar desapercibida. Se trata de la sobreprotección parental para desgracia de los hijos, puesto que tal estrategia puede ser contraproducente, esto es, peligrosa. De alguna manera hay que tratar de comprender que los niños aprenden tocandolo todo, cansando las cosas, experimentando, descubriendo las múltiples posibilidades y averigunado lo que funciona o no funciona, y es así como aprenden los límites y los riesgos; así cómo aprenden dónde y cuánto duele. Siempre es más peligroso desconocer los peligros y si los peligros son eliminados en la infancia los niños no asimilan lo que el riesgo significa y por lo tanto no lo perciben como tal. Por otro lado, por mucho que queramos vivir seguros la vida está llena de riesgos. Cuando estos niños sobreprotegidos se enfrentan a la vida adulta se encuentran con su inseguridad y su incapacidad para hacer cosas por si mismos.
Aquí va otro libro en la misma onda, en plan queremos hijos que se suban a los árboles y que se caigan de sus monopatines y sus bicis...