Avatar

Trás el estreno de la película Avatar surgen reacciones de lo más distintas. Por un lado se acusa a Avatar de ser toda "una escuela de eco-terroristas", ya saben como son los ultras americanos intentando hacer pasar a un ecologista por un terrorista. Recuerden que la violencia procedente de la cúspide del poder es siempre legítima y justificada y la violencia procedente de la base es etiquetada de terrorista. Y es que Avatar, según estas mentes, está justificando el uso de la resistencia armada para preservar la cultura, la naturaleza y todo lo que uno ama o tiene. Aunque habría que ver que nos hace una leona si intentamos quitarle su comida o a alguno de sus leoncitos, y habría que ver quien se atreve a llamar a la leona terrorista. Lo que está claro es que los intereses de las multinacionales que devoran la naturaleza para convertirla en dinero y repartirlo entre muy pocos se ven amenazados por un mensaje que es por si solo clarividente, y tanto es así que sus beneficios se podrían ver amenazados (imaginen multinacionales teninedo que responder por la destrucción sistemática de la naturaleza que sus prácticas conllevan). La respuesta es contundente. Avatar es propaganda, los ecologistas son terroristas, el cambio climático es mentira, se acerca un nuevo totalitarismo medioambientalista etc..
Por otro lado apreciamos otra curiosa reacción: trás ver la película muchas personas han empezado a sentirse melancólicas, depresivas o incluso suicidas ante el hecho de que nuestra realidad no esté a la altura de una naturaleza tan exhuberante como la de película y ante la constatación de que en realidad Pandora no es más que un sueño inalcanzable. Existe un foro donde he encontrado 43 maneras de sobreponerse de la depresión post-Avatar.

También es interesante ver cómo se lo pasan estos freakies azules haciendo de Avatar un juego de rol. Si te paras a escuchar oyes cosas como esta: "antes de avatar no creía en dios"...

Y no podemos dejar de recordar a esos activistas palestinos disfrazados de na´vis.