Los situacionistas tenían otro tipo de mirada, proponían el nomadismo para contemplar la ciudad desde muchos puntos de vista, lo que llamaron psicogeografía, esa deriva urbana que hace de andar por la ciudad toda una aventura lúdica y onínirca, la ciudad como territorio resignificado, la ciudad como viaje mental que desenrolla la alfombra de nuestros mapas cognitivos, simbólicos, culturales etc...y todo en clave de crítica filosófica y política.
Hoy en día encontramos continuadores de este proyecto y ahora se llaman exploradores urbanos o urban cavers o urban spelunkers o city hackers y sus planteamientos y prácticas exploran conceptos como el de cómo una sociedad marca los límites y, por lo tanto, el acceso. Los exploradores urbanos traspasan y cuestionan los límites establecidos y exploran antiguos túneles de metro, alcantarillas y tejados, fábricas e instalaciones en ruinas etc... en una forma de infiltración que además abre nuevos campos de acción y pensamiento ampliando los límites la ciudad y sus posibilidades, obteniendo paisajes que siempre han estado ahí pero que han permanecido invisibles ante nuestros ojos. Hay un montón de grupos organizados que se dedican de una forma más o menos trangresora -leáse delictiva- a adentrarse en una ciudad desconocida y llena de misterios, la ciudad más allá de los límites.Se trata de dibujar un nuevo mapa y se convierte en una práctica arriesgada (violar la propiedad privada en un delito y todo lo que hay en la ciudad pertenece a alguien). Aquí y aquí obtienes consejos sobre equipamiento y demás por si te atreves con estos paseos. La exploración urbana supone aceptar que hay cierto riesgo en la aventura que se emprende y eso le da toda la emoción convirtiendo la cosa así en algo en plan Indiana Jones pero sin robar.