Ya llevamos hablando desde hace tiempo en este blog de la revolución neo-crafter reflejada en la recuperación del ganchillo, el punto, el crochet, el amigurumi etc..; y en la plicación de las técnicas de nuestras abuelas para proponer nuevas direcciones estéticas que al final acaban llenando las galerías y los museos. Pues bien, la cosa está que arde y como en todo, aparece gente más puntillosa y obsesiva, vean: