sábado, 26 de febrero de 2011

hipsters

Encontré un artículo en adbuster que criticaba la cultura hipster. Lo más interesante no era el artículo en sí, un tanto sesgado ideológicamente y simplista, sino el hecho de que hubiera recibido casi 4000 comentarios, cuya lectura me mereció casi más la pena que el artículo original.
Desde una visión un tanto apocalíptica y exagerada  la gente de adbusterse define el estilo hipster como una apropiación apática e irónica de diferentes estéticas urbanas del pasado. Así, tal estilo representa, de alguna forma,  el final de la civilización occidental, pues, al contrario que los movimientos juveniles del pasado, que retaban la decadencia y conformismo de sus mayores, el movimiento hipster refleja y celebra la superficialidad y pasividad de la sociedad de masas con una propuesta vacía de contenido e inócua. Hay que tener en cuenta que la cultura hipster es la primera contracultura que ha nacido bajo la égida de la sociedad de turboconsumo, y tanto es así, que muchos consideran que el hipster no es más que un tipo de consumidor que paga por comprar autenticidad y los signos del inconformismo, es decir, una persona que en vez de crear una  actitud, un estética, una identidad, la compra, por lo que muchos acusan a los hipsters de falta de inventiva, originalidad y sentido de lo auténtico.

De esta manera los hipsters son acusados de narcisistas que pretenden crear una imagen de si mismos, un relato individual cool, que les permita presentanrse en sociedad como bohemios, modernos, rebeldes y artistas, como personas con más actitud que el resto. Así podemos entender cómo la identidad hipster surge por oposición a una identidad mayoritaria y más conformista; surge por la necesidad de definir lo que uno es haciendo referencia a lo que uno no es ni quiere ser. La cultura hipster, como vemos, no es más que la cultura independiente y minoritaria en su representación global. Hay que tener en cuenta que ser un hipster no es más que una pose, una forma ritualizada de presentación social con la que se pretende comunicar que uno valora el pensamiento independiente, la contracultura, la política de izquierdas, el arte, la creatividad, la música indi, la inteligencia, el ingenio etc.. 
 
Cosas curiosas accesorias
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-Al ponerse de moda la cultura hipster sucede algo parecido a las relaciones que se establecen entre ricos y nuevos ricos, es decir, los hipsters originarios empiezan a despreciar y acusar de horterismo y falta de autenticidad a los nuevos hipsters, y creo que este es el origen de la polémica levantada por el artículo de adbuster. No pienso que los hipsters sean peor  o mejor que otras contraculturas del pasado porque, de alguna manera, los punkys, los mods, los rockers y hippies tampoco consiguieron acabar con el sistema.
-Una de las defensas más acaloradas de lo hipster que encontramos entre esos 4000 comentarios que generó el artículo de adbusters, proviene de su tolerancia al mundo gay. Tal vez sea una tribu estética más tolerante que el resto con las identidades sexuales, por lo que la cultura hipster ha sido catalogada de vector de cambio social.
-Algunos critican el desapego, la falta de individualidad y autenticidad de la estética hipster. Las tribus estéticas en el pasado se caracterizaban por ser fieles a si mismas, no cambiar demasiado estéticamente y, por lo tanto, ser reconocibles en el tiempo. La estética hipster es más difusa, más discontinua ya que incorpora el factor cambio en su propuesta,  una continua metamorfosis lo que la hace más versatil y le permite fusionarse con otros estilos estéticos y mutar continuamente, creando identidades múltiples para jugar a la transformación posmoderna que tanto define a la moda de hoy en día.
-Lo más divertido del concepto hipster es que es difícil encontrar a alguien que se defina a si mismo y con orgullo como tal. Lo más útil es definir a los hipsters por comparación con otras personas, como muestra el dibujo de abajo.