jueves, 29 de enero de 2009

the right to copyleft

Como bien comenta Enrique Dans el mundo del contenido ha cambiado. Por un lado el contenido se ha hecho global y digital. Por otro lado el contenido también es generado por el usuario. Con lo que se acaba el monopolio de la distribución y creación del contenido. Esto beneficia a la mayoría y perjudica a la minoría aferrada a los antiguos modelos de negocio que no se adaptan a las nuevas realidades ni a los nuevos paradigmas tecnológicos. La solución no pasa por el estilo persecutorio (no es de sentido común perseguir a una niña de 12 años que se baja una canción del e-mule). Por otro lado hay quien ya está hablando de cómo lo importante ya no es tanto el contenido sino el hecho de compartirlo, el fenómeno no es el contenido en sí sino las sinergias sociales resultantes de ser compartido. Todo esto se parece a cuando Edison inventó la bombilla y todas las compañías del gas que vivían del alumbrado de las calles lo odiaban. Pero iluminó nuestras vidas y nos permitió compartir muchas cosas en la noche. Es lo que tiene la evolución. Así pues las compañías de contenido deberían poner todo su empeño en encontrar soluciones creativas y dejarse de entrometerse en las redes peer to peer. Este video de Joi Ito es ilustrativo al respecto.



Algunos representantes del movimiento
copyleft pretenden liberar la cultura y otros pretenden desmontar el monopolio industrial-cultural vigente con lo que se comprende por qué han sido catalogados de radicales antisistema o idealistas por los creadores oficiales del contenido. Con lo que que antes de criticar al movimiento copyleft habría que cuantificar económicamente las consecuencias positivas que se derivan de su existencia como fenómeno.

A nivel informático (
linux, el creative of commons etc…) han permitido el desarrollo de herramientas informáticas de gran utilidad y de una manera casi gratuita. Solo ha hecho falta que miles de programadores en su afán artesano de mejorar las cosas cuestionándolas hayan dedicado su tiempo a ello. Todo esto ha creado una cultura geek que beneficia enormemente al desarrollo tecnológico y la innovación de un país. Si quieres saber más sobre la importancia social del hacker este artículo de Manuel Castells está bastante interesante

Por un lado podemos analizar cómo la
cultura libre ha hecho más culta a mucha gente sin olvidar que sobre todo beneficia a aquellos que no tenían recursos para acceder al contenido.Hoy hay muchos ya con conocimientos enciclopédicos sobre cine y música, mucho más nivel musical y visual, que dejará su huella en las próximas generaciones de directores de cine, músicos. Y a nivel social sería bonito rastrear la cantidad de conversaciones entorno a películas o grupos de música generadas cada día, la cantidad de redes sociales creadas a partir de un interés común por la música o el cine, que se convierten así en objetos socializadores o ”social objects” como diría Jyri Engeström . Así podemos decir que la música y el cine son instrumentos con los que construimos nuestras identidades y socializamos y eso no debería tener precio, pero a ver cómo se lo explicas a la SGAE, a ver cómo le explicas que cobrar por el contenido como pretenden es socialmente un paso atrás.

Y por último habría que cuantificar el papel de las otras grandes multinacionales que nos venden ordenadores potentes o bandas anchas y tarifas planas para que precisamente gocemos de descargar contenido así como de las herramientas para compartirlos. Las preguntas son: ¿Tendría sentido económico pagar 40 o 60 euros al mes si uno no pudiera bajarse nada? Y ¿Quienes saldrían más perjudicados?