Trás muchos años de biberón existe toda una reivindicación de la lactancia como la manera correcta de aliementar a los bebés. Los médicos han demostrado la relación entre lactancia y el desarrollo de un fuerte sistema inmunológico. Con lo cual la lactancia se está viendo redescubierta por las madres, más informadas que antes, que como siempre quieren lo mejor para sus hijos. Los lactivistas reivindican la lactancia y luchan contra las malas prácticas de las farmaceúticas que, por ejemplo, en muchos paises de África, regalan leche en polvo a las madres que acaban de parir y hablándoles de las bondades del sustituto de la teta. Trás unos meses sin darle el pecho a sus hijos la leche se corta y es entonces cuando las farmaceúticas empiezan a cobrar por la leche en polvo. Un negocio redondo. El problema es que si eres pobre apenas tienes dinero para leche en polvo y los niños mueren por cientos de miles, la historia de siempe.También es necesario decir que si en los paises desarrollados la lactancia pudiese convivir con el trabajo, muchas madres trabajadoras no tendrían que renunciar a darle la teta a sus hijos, que tendrían entonces un mejor sistema inmunológico,y así enfermarían menos con lo que acudirían menos al hospital con lo cual el estado se ahorraría una pasta.
Por otro lado, la diseñadora Miriam Simun propuso crear queso con leche materna. Se trataba de reflexionar, a partir del proceso de lactancia, sobre el concepto "better foods". Y que mejor alimento que la leche materna, más orgánico, local, ética y de comercio justo que cualquier otra cosa. La única pega es que la diseñadora no sabía que la leche materna está tan contaminada por químicos procedentes de la comida o los productos cosmético-farmaceúticos que está prohibida su comercialización.