lunes, 16 de noviembre de 2009

miniemprendedoras

Hace unos años me llamó la atención la cantidad de blogs escritos por mujeres. De alguna manera era lógico. Las mujeres son más reflexivas, escriben más diarios sobre papel, leen más que los hombres y las carreras de letras están destinadas a ser casi monopolizadas por las mujeres.

Hoy me llama la atención el hecho de cada vez hay más mujeres de entre 30 años, bien formadas y con cierta experiencia profesional en el mundo de la empresa que desean darle un giro a su vida, abandonar el competitivo y masculino mundo de hacer negocios y comenzar una carreara en solitario. Lo que quiero decir es que muchas mujeres están optando por formarse mientras trabajan para dar el salto y crear sus pequeñas empresas y dedicarse a lo que realmente les gusta. Una mujer que quiere coger las riendas de su vida laboral inlcluso cuando ser autónomo represente más horas de trabajo.
Estamos contemplando el surgimiento del mundo pequeño empresario que con un ordenador es capaz de montar una tienda virtual y desarrollar sus estrategias comunicativas en la red. Ya los han llamado miniemprendedores. Y muchos son mujeres. Un buen sitio para contemplar este fenómeno es etsy donde cientos de miles de pequeñas emprendedoras intentan ganarse la vida o parte de ella ofreciendo los productos artesanales que elaboran.

También habría que decir que la sociedad minusvalora el potencial empresarial de la mujer. La mujer saca mejores notas, falta menos a trabajar, es más organizada, más emocional, multitasking y comunicativa, ideal para mejorar la eficiencia y prestar atención al mínimo detalle. No es de extrañar que los países menos desarrollados impidan estudiar a la mujer y alcanzar puestos importantes en las empresas. Por otro lado las mujeres manejan muy bien los recursos excasos. La escuela de la economía familiar ha dejado su impronta. Una mujer hace malabarismos cada mes para atender las necesidades de su familia. El Banco Mundial del Microcrédito otorga créditos blandos a las mujeres emprendedoras de las naciones pobres y la tasa de devolución de los créditos ronda el 95% cosa que no pasa con los hombres. Es decir, son más responsables económicamente que los hombres y van tejiendo poco a poco un tejido empresarial.

El ejemplo más reciente que conozco es Pinchín un pequeño catering montado con amor, conocimiento y delicadeza que ofrece productos elaborados con el esmero artesano de las pequeñas manos de Mónica, que se ha lanzado a vivir de su gran pasión culinaria....