Las crisis son tiempos de cambio y muchas veces permiten a la economía reajustarse, desprenderse de todo aquello que no se ajusta a la realidad, dar la espalda a modelos ineficientes etc...Hay quien hace mucho dinero en las crisis. Y en eso parece que estamos. Tal vez sea hora de regular la globalización de una forma política y democrática, más allá del poder de las multinacionales que ya son más grandes (en términos económicos) que muchos paises. Pero a ver quien le pone el cascabel al gato. Lo que está claro es que el neoliberalismo está perdiendo legitimidad como última gran ideología. Surgen voces críticas -algunas son de premios nobel- y cada vez más personas están abiertas a los valores de la ecología , la antiglobalización y los movimientos ciudadanos. Así pues, esperemos que la crisis sea más bien una crisis de pánico efímero que una crisis real y que el río vuelva a su cauce. Aunque si el pánico se desborda nos encontraremos ante la profecia que se autocumple y entonces las aguas andarán revueltas...