sábado, 28 de julio de 2012

comunicación y poder

Si hay algo que tiene la crisis es que es clarificadora. El slogan de "somos el 99%" habla por sí solo. Ha quedado claro que el neoliberalismo es la ideología para restaurar el poder de clase, y lo ha conseguido. Así los discursos quedan claros y es hora de tomar partido. De esta manera encontramos en los medios de comunicación, tradicionales y alternativos, dos formas de enmarcar la información, dos maneras distintas de hablar de un mismo tema, dos modos de defender intereses encontrados. Por un lado, el en Women´s Wear Daily, un prestigioso blog de moda americano, hacen un análisis trivial  en clave fashion del look de un indignado de occupy wall street. Así reaccionan algunos medios de comunicación frente a la inquietud y desasosiego que generan los movimientos rebeldes. El poster banaliza e intenta ridiculizar las razones de los que protestan a través de un cínica descripción de la apariencia de un manifestante entre millones. Por otro lado encontramos otra manera de tratar este mismo tema. Esta vez el último  contundente comunicado de Anonymus, que da un tratamiento a la situación en la que estamos como se merece la gravedad de las circustancias. Como vemos, la crisis deja claro que ante el discurso dominante es necesario  construir otros discursos alternativos, pues en la batalla entre los distintos discursos se dirime la construcción de nuestro sentido común y nuestra mente, esa es la batalla del poder hoy en día, de la que habla Manuell Castells. En toda relación de poder uno lucha por influir al otro. En nuestra sociedad los medios de comunicación son la gran herramienta para influir en la opinión pública. El poder acumula una gran concentración de medios de comunicación como armas para defender sus intereses económicos. De esta manera intenta influir en la opinión pública para que ésta interiorice y replique un discurso o una visión muy acorde a los intereses de una minoría económica, distante de los intereses de la mayoría. Pero nuevos discursos surgen, las nuevas tecnologías y las redes de autocomunicación de masas poco a poco  permiten que se vaya forjando un discurso distinto. Es un proceso  lento, de largo recorrido. Y en esas estamos.