Ya habíamos hablado del guerrilla gardening como interesante híbrido cultural entre la ecología, el streetart, el culture jamming y los smart mobs... Hoy me gustaría comentar la triste noticia de la muerte -por ayuntamientitis- de este billante proyecto llamado Esto es una Plaza en Lavapies. Se trataba de una acción en la que un espacio que llevaba 20 o 30 años sin utilizar había sido transformado de forma espontánea por un grupo diverso de personas. El resultado, un jardín hermoso con huerto cuyo fruto se repartía entre vecinos. Un espacio verde de la nada. Un proyecto colectivo y espontáneo que parece ser que molesta.